lunes

Reencuentro familiar

Para divagacionistas, con el tema "Madres" 

Me dejo caer boca arriba sobre el colchón. Reboto una vez y mientras callan los muelles miro la mancha de pintura en la pared, a centímetros del cabecero. Tres capas para tapar la marca del Cristo Crucificado que presidía la cama. A mamá antes le gustaba. Ahora dice que no lo soporta, así que dinero bien invertido por mucho que papá gritase el día que descubrió mi chapucilla. 

Abajo escucho a alguien comenzar a cantar “Cuando una amiga se va”. La tía Juani, creo. Con la puerta de mi dormitorio cerrada no estoy seguro. Pronto se unirán el resto de la familia, como el año pasado en el funeral. No tienen ni idea, pienso. Enciendo la radio de la mesilla y suena bajito Bohemian Rapsody. Sonrío y cierro los ojos, tarareando. Es una señal. 

—Oh mamma mia, mamma mia. —Me desabrocho la camisa y me aflojo la corbata negra—. Mamma mia, let me go. 

Olfateo la habitación. Por ahora, solo madera. 

Muevo una mano por el colchón hasta sentir en el dorso de la palma el calor del sol del mediodía. Queen hace desaparecer la voz de la Juani y los demás. Con la otra mano pongo la almohada sobre mi cara, cerrando fuerte los párpados. Veo destellos brillantes explotando en líneas fosforitas. Ahora es cuestión de quedarse muy quieto. Una única lágrima recorre mi mejilla y cae en la almohada. 

Beelzebub has a devil put aside for me, for me, for MEEEEEEE. 

 Dejo pasar los solos de guitarra. Hubiera seguido el ritmo tamborileando con los dedos sobre la tabla de ouija pero papá me la quitó hace un mes, así que me hago el dormido. Joder, a mamá le hubiese molestado mucho más encontrar el porno del portátil que la ouija. 

Cuando Freddie afirma que nada importa en realidad, que es algo evidente para todos, me doy cuenta que el sol ya no calienta tanto mi mano. Por fin. La radio intercala en la canción unos zumbidos largos y los británicos se alejan. Parecen cantar desde el fondo de un pozo.

Los destellos bajo mis párpados cerrados son ahora líneas finas moviéndose lentas y horizontales, tipo encefalograma plano. Resisto las ganas de imitar un pitido largo y continuo. No quiero que mamá me abronque, con lo poco que nos vemos. 

Huele ligeramente a butano, igualito que cuando la encontramos. 

 —Feliz aniversario, mamá —musito con los ojos cerrados.

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