viernes

El cambio viene motorizado


Hoy quiero compartir una metáfora sobre las personas y el cambio. 

Si, estoy seguro que algunos pensaréis que es simplista (y no puedo negarlo), pero creo que a veces las categorizaciones vienen bien para hacer perfiles rápidos de las personas y facilitar la comprensión y la reflexión sobre uno mismo y los demás.

Al grano. Cuando hablo con alguien sobre el cambio, suelo pedirle que reflexione con el tipo de metáfora con la que se siente más a gusto (supongo que es herencia de mis años en el mundo de la automoción ;D):

Los que viajan en tren. 
Personas que desde que el viaje empieza saben cuando y cómo van a llegar a los sitios. Disfrutan del trayecto viendo desde la ventana como pasan veloces las cosas mientras tienen la vista puesta en la estación que llegará. Son fieles al medio de transporte y disfrutan del encanto que tiene.

Confían en una potente locomotora y en la fuerza de la inercia. Suelen preferir viajar en compañía de otras personas con sus mismas inquietudes y experimentan emociones negativas (ira, frustración, rechazo...) cuando algo retrasa su horario o, en casos extremos, el tren se ve obligado a salirse de la vía.

Los que viajan en coche
Pueden ir solos o en pequeños grupos. Pueden viajar planificado pero dentro de las vías marcadas no desaprovechan la oportunidad de salirse de la ruta si lo necesitan o hacer las paradas que consideren oportunas, sin que estas tengan que estar predefinidas. 

El tipo de coche y su tecnología les ayudan en el camino, pero sobre todo confían en su habilidad al volante y aunque puedan tener una meta no desvían su foco del momento presente (tendría catastróficas consecuencias).

Por supuesto, no tiene nada que ver con las preferencias de desplazamiento reales de una persona. Y si digo esto, es porque me conozco a algunos que se tomas las cosas demasiado al pie de la letra...

¿Con cuál te sientes más identificado/a?

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