Leo en el blog de Ricardo Tayar (que os recomiendo por contenido y estilo) una reflexión sobre la progresiva conversión de LinkedIn en una red de Superheroes donde algunos perfiles, por exceso de maquillaje y moviéndose en el difuso mundo de la descripción de funciones, se asignan a veces hazañas increíbles.
Comparto plenamente esta opinión, pero además creo que la necesidad de agenciarse una identidad secreta se está convirtiendo en obligatoria a todos los niveles profesionales.
Una de las ventajas de las actuales técnicas de gestión de personas es que están fomentando la aparición de estos poderes en todos los perfiles profesionales.
Estoy seguro que algunas empresas han encontrado la kriptonita para evitar la mutación de sus trabajadores (más allá de aquellos de los transformistas voluntarios en LinkedIn)... ¡Espero que compartan sus métodos y pronto sean adaptados por todos!
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